El cambio de estación ya ha llegado. Las amanecidas son mucho más frías y el viento más insistente. Pronto vendrán los temporales y con ellos la vuelta a los pedreros. Tengo cierta nostalgia de que se acabe el verano pero cojo con alegría la nueva temporada. La vuelta a los acantilados, las largas pateadas y la adrenalina de la lubina en la espuma.
Los robalos empiezan a estar más esquivos. Es mucho más difícil dar con ellas. Picadas solitarias y no muy francas, tres lubinas se soltaron después de una breve pelea. Mi estrategia fue pescar con pequeños señuelos para tratar de engañar a nuestras amigas.
Salieron estos dos robalos de 5 y 7 kg que bien merecen un madrugón. Preciosos peces, fuertes y muy peleones.
El mar presentaba un clareo tremendo a pesar de que la amanecida fue bastante oscura debido al tiempo inestable que nos acompaño en la jornada. Lo que más me sorprendió es que cuando el sol estaba en todo lo alto salió la pieza más grande. No hay quien entienda a nuestras amigas.
Os dejo un vídeo de la captura del primero. No os perdáis el vídeo del segundo que proximamente publicará en su Blog mi compañero de fatigas www.marcoseabass.blogspot.com
Un saludo y buena pesca.